Nunca llegamos a hacernos a la idea de que contamos menos para los demás, de lo que ellos cuentan para nosotros.
La mayoría de las personas prefieren confesar los pecados de los demás.
El peligro es el gran remedio para el aburrimiento.
En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad.
Siempre hay un momento en la infancia en el que se abre una puerta y deja entrar al futuro.
Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer.
Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas.
Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte.
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