
Existen momentos en que todo depende de una palabra pronunciada a tiempo.
Es uno de los versos que Dante colocó a la entrada del Infierno. El verso completo es Lasciate ogne speranza voi ch'intrate: «Perded toda esperanza los que entráis».
La vida podía saciarse de placer, pero siempre estaba hambrienta de dolor.
Mi padre solía decir que hay cosas que sólo les suceden a unos cuantos hombres pero atañen a todos los hombres, y todos los hombres deben reaccionar ante ellas
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