Es un juego divertido. Todos sentados en el cordón de la vereda y los pies juntos. Uno pasa señalando al compás del texto pie por pie; el texto es éste:
Pisa, pisuela, / color de ciruela, /vía, vía, este pie- / No hay de menta, / ni de rosa, / para mi querida esposa. / que se llama María Rosa.
El pie señalado se esconde y cuando le toca el segundo pie el jugador se convierte en Ángel y sale del juego, pero espera.
Cuando queda un solo jugador se convierte en el Diablo.
Quien estaba señalando es la Madre que acomoda en fila a los Ángeles y se realiza este diálogo:
Madre: Primer Angel, ven a mí.
Angel: No puedo porque está el Diablo.
Madre: Abre tus alas y ven a mí.
El "Angel" debe atravesar a la carrera el lugar que ocupa el "Diablo". Este le arroja entonces una pelota o bolitas de papel.Si lo alcanza con sus proyectiles el "Angel" queda prisionero del "Diablo", y en caso contrario pasa al bando de la "Madre". Gana la figura que reúne más "Angeles".
Era mi juego favorito. Jugábamos a la luz de la luna con mis 7 hermanos y mis primos
ResponderEliminarMaravilloso! En las noches de verano...
EliminarIgual yo
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