"—La pena —dijo— es carnívora. Se alimenta tanto si estás despierto como si no, tanto si la combates como si te rindes a ella. Se parece mucho al cáncer. Y un buen día te levantas y ves cómo ha engullido todas las demás emociones: la alegría, la envidia, la avaricia y hasta el amor. Y te encuentras a solas con la pena, desnudo ante ella, convertida en tu dueña." pág. 15
"No quiero morir en la inopia." pág 21
"El dinero lubrica engranajes." pág. 22

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