“Me desprendí de todo lo superfluo, y cuando eso sucede, empiezas a oírte a ti mismo con claridad. Y la comunicación clara entre los yos (me refiero al yo superficial y al yo profundo) es enemiga de la duda de uno mismo. Da muerte a la confusión.” (pág. 133)
“…nos engañamos con tanta frecuencia a nosotros mismos que podríamos ganarnos la vida con ello.” (pág. 146)
“—Cualquier cosa que pueda hacer por ti-declaró-. En cualquier momento. Por el resto de mi vida. Llama y allí estaré. Pide y lo haré. Es un cheque en blanco. ¿Te queda claro?
-Sí-contesté. También tenía claro algo más: cuando alguien te ofrece un cheque en blanco, nunca, jamás, debes hacerlo efectivo. Eso no era algo que hubiera deducido. Algunas veces la comprensión circunvala el cerebro y procede directamente del corazón.” (pág. 350)
“.. si no está roto, no lo arregles…” (pág. 412)
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