Antes de los años terribles de Víctor del Árbol

"Otro misterio que es necesario comprender del dolor es que solo empieza a ser verdaderamente efectivo cuando te arrebata toda esperanza y te vacía por dentro. Hasta comprender que ese sufrimiento no viene de fuera sino de ti mismo. Y a eso te aferras. Intentas anularte, te fraccionas, te deshaces en átomos y células independientes para escapar; la realidad se parcela en instantes pequeños, tibios resplandores en la breve pausa que llega entre latigazo y latigazo, cuando intuyes que el brazo de MF empieza a fatigarse y que necesita unos segundos de más para recuperarse. Vives instantes pequeños de felicidad y de ausencia del lugar del tormento, porque solo así puedes soportarlo. Qué necesario puede llegar a ser aquello que normalmente nos resulta insignificante, incluso absurdo: el golpecito de un pájaro de pico afilado abriendo brecha en la corteza del árbol para cobrar un gusano blanco mientras su ojo de trapo me mira sin inmutarse, el susurro de las hojas moribundas en las ramas secas, compadecerse del insecto que mueve las patas atrapado en una gota de resina a la altura de mi nariz, sentir a una hormiga temeraria corriendo por mis testículos o la espina de una planta que atraviesa la planta del pie descalzo"Pág. 272

 " Lo que aprendí es que a veces el último refugio de la esperanza está en lo irracional. Y que incluso las personas más escépticas están dispuestas a aceptar cualquier tipo de ayuda cuando están desesperadas." Pág. 280

"—¿Nunca te han dicho que la arrogancia es el primer síntoma de la ceguera?" Pág. 282

"Antes creía que ni el bien ni el mal son gratuitos, que existe una explicación para que unas personas sean buenas y otras malas, incluso que en aquellas que son ambas cosas hay una razón para que termine imponiéndose una sobre la otra. Ahora ya no estoy tan seguro, al menos en casos como el de MF. Estoy dispuesto a sostener que el mal absoluto existe y que en ciertos sujetos esa maldad es totalmente gratuita. Con esa clase de personas de nada sirve apelar a la piedad, a la compasión o a la empatía, no hay justificación posible para tanto sufrimiento inútil. Y, por tanto, no es posible perdonarlas.

"Antes creía que ni el bien ni el mal son gratuitos, que existe una explicación para que unas personas sean buenas y otras malas, incluso que en aquellas que son ambas cosas hay una razón para que termine imponiéndose una sobre la otra. Ahora ya no estoy tan seguro, al menos en casos como el de MF. Estoy dispuesto a sostener que el mal absoluto existe y que en ciertos sujetos esa maldad es totalmente gratuita. Con esa clase de personas de nada sirve apelar a la piedad, a la compasión o a la empatía, no hay justificación posible para tanto sufrimiento inútil. Y, por tanto, no es posible perdonarlas." Pág. 485